jueves, 22 de mayo de 2008

Antología de canciones españolas I. Ojos verdes.

Con esta entrada comienzo una serie indefinida y aperiódica de entradas en las que hablaré sobre algunas canciones españolas de las mejores que se hayan escrito.

Comienzo, como no podía ser de otra manera, con "Ojos Verdes".

Hablar de "Ojos Verdes" es hablar de tres personas. La primera es su compositor: el maestro Quiroga, autor de numerosas canciones, colpas y cuplés conocidas por todos. El segundo: Rafael de León, letrista de esta canción, y de muchas otras igualmente famosas, y que más de uno ha pretendido profanar asociándolo con la generación del 27. Parece que a algunos no les cabe en la cabeza que en España hay vida literaria antes, durante y después del mencionado grupo. La tercera persona por supuesto es Doña Concha Piquer.

La canción en sí tiene tanta fuerza que con todo lo que pueda decir sobre ella sólo voy a poder desmerecerla. Así que me limitaré a pegar su letra. No he encontrado ningún video de Concha Piquer para que escuchárais la canción. Si lo encontráis alguno, decidlo, por favor.

I

Apoyá en er quisio de la mansebía
miraba ensenderse la noche de mayo;
pasaban los hombres y yo sonreía
hasta que a mi puerta paraste el caballo.
«Serrana, ¿me das candela?»
Y yo te dije: «Gaché,
ven y tómala en mis labios
que yo fuego te daré».
Dejaste er caballo
y lumbre te di,
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos pa mí.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

II

Vimos desde el cuarto despertar el día
y sonar el alba en la Torre la Vela.
Dejaste mis brazos cuando amanecía
y en mi boca un gusto de menta y canela.
«Serrana, para un vestío
yo te quiero regalá».
Yo te dije: «Estás cumplío,
no me tienes que dar na».
Subiste ar caballo,
te fuiste de mí
y nunca una noche
más bella de mayo
he vuelto a viví.

Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes, con brillo de faca,
que están clavaítos en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vía son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

3 comentarios:

Porerror dijo...

¡Oro! Genial el homenaje a "Ojos verdes" (todo lo verde me gusta). Es mi copla favorita de todos los tiempos, y tengo que decir que a mí también me parece que la mejor versión es la de Concha Piquer. No entiendo bien tu despectiva alusión al 27... ¿acaso no te molan Lorca, Alberti y demás?

Está claro que Rafael de León fue un poeta con mayúsculas, sea como sea.

Iso Topuno dijo...

Me alegro de que te guste tanto "Ojos Verdes"; y por supuesto de ver comentarios tuyos en mi blog. La Piquer es inigualable...

¿La generación del 27? Ésos eran un grupo de atormentados que a saber a qué se dedicaban todos juntos en la residencia de estudiantes. A Alberti le tengo que reconocer una gran inteligencia: hizo un viaje a américa y supo vivir de él durante toda su vida. En cuanto a Lorca, su muerte trájica (tanto como la de muchos otros en la guerra) lo han convertido en un Jesucristo en el que creen los que no creen en el Verdadero. Como decía un prfesor mío de Sealand, "Si no existiera Dios, tendríamos que inventarlo". Lo que ya no sé es si Lorca jugaba o no a los dados.

Anónimo dijo...

guay, para la antologia pero no entiendo eso de dos partes pero mola